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LOS CÓDIGOS DE MIGUEL
MI ESPADA FLAMÍGERA Códice
IV – “Talle y Medida de Justicia” LOS
CUATRO DE “…Miguel…
¡Arcángel Miguel! ¡Amoroso Miguel! Sálvanos de la destrucción, protégenos del
demonio, aléjanos de las tinieblas”… y muchas más
súplicas salen de las mentes, corazones y bocas humanas cuando se
trata de invocarme como si Yo fuera un santo de prodigios y
milagrerías… “Ven Señor Miguel”, dicen
quienes me elevan a los altares de la ignominia, al fetiche de su ignorancia
y más, aquellos que se hacen llamar metafísicos, donde aparezco
capitaneando las hordas oscuras llamadas por ellos “maestros
ascendidos” de Saint Germain, de Satanás disfrazado de
ángel de luz, a quien he venido a consumir para siempre
jamás… No se
me llamó a Cuando
los ángeles infernales cayeron a la tierra huyendo de nosotros,
llevamos este grito de lamento de los hijos de Y
así pasaron los años en Y
el Anciano Señor dijo a Rafael: "Encadena a Satanás de
pies y manos, arrójalo en las tinieblas, abre el desierto que
está en Dudael -Israel- y arrójalo en él; bota sobre
él piedras ásperas y cortantes, cúbrelo de tinieblas, déjalo
allí eternamente sin que pueda ver la luz, y en el gran día del
Juicio que sea arrojado al fuego. Después, sana la tierra que los
Invasores han corrompido y anuncia su curación, a fin de que se sanen
de la plaga y que todos los hijos de los hombres no se pierdan debido al
misterio que los Invasores descubrieron y han enseñado a sus hijos.
Haz esto porque toda la tierra ha sido corrompida por las obras
enseñadas por Satanás; impútale entonces todo
pecado.” Y
el Primero y Último, el Alfa y Y
el Verbo que se encarnó y se hizo Hombre dijo a Miguel: “ve y
anuncia a Satanás y a todos sus cómplices que llenaron la
tierra de ruina y mortandad, de mentira y adoración de demonios,
¡que sus hijos perecerán y ellos verán la
destrucción de sus queridos! Encadénalos durante setenta
generaciones en los valles de la tierra hasta el gran día de su
juicio. En esos días se les llevará al abismo de fuego, a los
tormentos y al encierro en la prisión eterna.” Nosotros, Miguel, Gabriel,
Rafael y Uriel, cumplimos ese mandato, sobre el Edén, el momento que
los encarcelamos en su desierto hasta hoy, que se han cumplido las Setenta
generaciones o semanas que anunció Daniel 9:24-27,
para Israel su pueblo, al cual se le envió a profetizar el final:
“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu
santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y
expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión
y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende,
que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén
hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta
y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos
angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará
la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un
príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y
su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra
durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el
pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y
la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones
vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que
está determinado se derrame sobre el desolador.” Yo Uriel, cifré Yo
Rafael, hundí en el desierto de Israel a los hijos de Caín, no
les permití ver la luz, los dejé adorando a Satanás, su
dios Iahvé y durante todos los tiempos que pasaron, les he imputado su
crimen ante los ojos de los hombres, los que ciegos y encubridores de ellos,
en lugar de despertar, les adoran hasta hoy protegiéndolos de nuestra
Espada y Justicia. Yo
Gabriel, he cuidado que la guerra sea su destrucción, y que
así, sus días sean agotados para ellos y sus seguidores. Desde
ese momento mis oídos son sordos y ninguna de sus peticiones ha sido
concedida; y más Señor Justo… por negarte cuando
tú mismo fuiste a salvarlos y ellos te crucificaron… Yo Miguel, envié los
profetas y anunciadores a ese pueblo lleno de cizaña y lujuria; les
envié uno a uno para que sobre ellos quedara testimonio de sus
crímenes, los cuales ya no son perdonados; pues les mataron:
así quedó escrito en el Libro de Lucas 11:47-52 para testimonio
contra ellos: “¡Ay de vosotros, que edificáis
los sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres! De modo que
sois testigos y consentidores de los hechos de vuestros padres; porque a la
verdad ellos los mataron, y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso
la sabiduría de Dios también dijo: les enviaré profetas
y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros
perseguirán, para que se demande de esta generación la sangre
de todos los profetas que se ha derramado desde la fundación del
mundo… sí, os digo que será demandada de esta
generación. ¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley!
porque habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis,
y a los que entraban se lo impedisteis.”
¡Ay!
¡Ay! ¡Ay! Miguel, Gabriel, Rafael y Uriel… han sido y son
los clamores de los falsos, hipócritas y vocingleros, los que adoran en
su oscuridad, las tinieblas que rechazamos y desde antes de la existencia de
los hombres de este mundo, combatimos para destrucción total. Esa es Y
Yo, Miguel y mis hermanos del Disco Dorado, os dejamos este emblema en el Sur
del Continente; de Entended
esto y apresuraos a cumplir vuestra justicia, que si es la nuestra, entonces
el mandato de Nuestro Señor el Vuestro, se cumple para Fue Isaías 1:13-17 que habló por
el Señor y nosotros; sentenció a los invasores de este mundo, a
sus ritos y oraciones, a sus reuniones de pecado y traición a la
humanidad: “No me traigáis más vana ofrenda; el incienso
me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar
asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.
Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi
alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando extendáis
vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando
multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas
están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad
de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a
hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al
huérfano, amparad a la viuda.” Y debéis saberlo: Yo Miguel y mis hermanos no escuchamos oraciones ni
clamores o alabanzas; sólo cumplimos Y para comprender nuestra profecía o advertencias, es necesario
desprenderse de las fechas y nombres, éstos no importan; porque
Satanás, previendo la inteligencia y el despertar Interior del Hombre
terrestre en este tiempo, cambia continuamente cada una de sus estratagemas:
cambia nombres y personajes, situaciones y momentos, hasta que protegido por
su niebla de misterio, pueda tomar por sorpresa al mundo de los hombres.
Está obligado a hacer esto por no tener ningún poder sobre la
humanidad, sólo el que su mentira le ha dado hasta el momento. Lucifer
no es poderoso, es el miserable que para vivir, somete la razón, roba
las mentes, espíritus y conciencias humanas, por esto miente y se
esconde en sus tretas finales. Yo, el
Arcángel Miguel Soy HE AQUÍ SU DESTELLO: Sí
queréis tomarla, este es su talle y medida. Bon,
Alemania 9 de noviembre de 2008. CUARTA VOZ DE MIGUEL |
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