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EN EL
PRINCIPIO DE Cognocimiento del Hijo del Hombre ERA EL ANCIANO DE LOS DÍAS: El
que encarnó y se hizo hombre en este planeta, para compartir su
Divinidad con la humanidad terrestre; así lo cifró en su escritura
de Juan 1:1-4,9-14: “En el
Principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este
era en el Principio con Dios…” Y este Principio es Por
esto, la mentira del hombre está cimentada en su mundo de ignorancia, al
desconocer ¿Qué es el hombre? ¿Quién lo
Creó? ¿Cuál es su razón de ser? “Mas a todos los que le recibieron, a los
que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los
cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad
de varón, sino de Dios…” Este es el principio
inherente al Verbo de Vida, que los profetas de Luz anunciaron, para que el
hombre tenga comunión verdadera con el Padre y el Hijo, Jesucristo, el
Principio Ser del Hombre: “Y
aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros y vimos su gloria
como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de
verdad…” Pero
el Verbo, durante los tiempos de la tierra que pasaron, no fue reconocido en
su naturaleza espiritual, fue desconocido por los humanos que desconocen, que
antes de la existencia en esta tierra, la creación se hizo para ellos
en Él, no se interesaron en contener lo que es propio; desde antes de
Ser: “pero el mundo no le
conoció. A los suyos vino, y no le recibieron…”
entonces… para despertarles y devolverles su pertenencia, se muestra ya
en el tiempo que concluye, como Fuerza dentro de Sí: “Y en los postreros días,
dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y
vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes
verán visiones, y vuestros ancianos soñarán
sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos
días derramaré de mi Espíritu, y
profetizarán...” Establece su Voluntad como el Poder
Interior que ve y siente la conexión, la unidad de Y el
Verbo, siendo el Poder Absoluto en el cual se Creó el Todo, tiene la
propiedad de hacerse carne como perfección, esto es en el Anciano de
Días, como el Profeta Daniel 7:9,10 conoció hace 2500
años en Babilonia: “Estuve
mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de
días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza
como lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego
ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de
él; millares de millares le servían, y millones de millones
asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros
fueron abiertos…” Es desde el Juez que se manifiesta con todo
su Poder y Gloria en el hijo del hombre, abre su consciencia -los libros abiertos- y levanta su espíritu
para que no se pierda más, tenga Vida Eterna en quien conoce y vive en
el Hijo Unigénito, el Verbo de Días -el Cristo siempre- que está dentro de él como Juan
12:34.35 nos pauta para este momento: “Nosotros
hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre.
¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del
Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre? Entonces
Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre
vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan
las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va.
Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis
hijos de luz.” Así nace y se forja Hijo del Hombre: en el crisol de vida del planeta y se templa en el fuego del
Espíritu; es el que Daniel en ese tiempo
identificó llegaría hoy frente al Anciano de Días: “Miraba yo en la visión de la
noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo
de hombre –la manada pequeña- que vino hasta el
Anciano de Días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le
fue dado dominio -Verbo-, gloria y
reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su
dominio –Yo Soy- es dominio
eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será
destruido”. Este
Hijo de la humanidad actual, es el que llega al perfeccionamiento de su
espíritu por No
pueden ser salvados de la destrucción que ellos mismos eligieron,
quienes rechacen el pan de vida final, quienes sigan a la sinagoga y su
dragón Salomón: “Y
Jesús les dijo: de cierto, de cierto os digo: no os dio Moisés
el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del Shielho. Porque el
pan de Dios es aquel que descendió del Shielho y da vida al mundo. Le
dijeron: Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy
el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el
que en mí cree, no tendrá sed jamás. Más os he
dicho, que aunque me habéis visto, no creéis. Todo lo que el
Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le
echo fuera. Porque he descendido del Shielho, no para hacer mi voluntad, sino
la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que
me envió: que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo
resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha
enviado: que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga Vida
Eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan
6:32-40. Así,
el Anciano de Días bajó a la tierra como Jesús, el pan
del Shielho; vino a la humanidad y los suyos no le recibieron; le
desconocieron, pero ahora que se acerca su Segunda Venida, es necesario que
andéis llenos del conocimiento
en toda sabiduría e inteligencia espiritual, llevando fruto en toda
buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo
poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y
longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para
participar de la herencia de los santos; el cual nos ha librado de la
potestad de las tinieblas, y nos trasladó al reino de su amado Hijo,
en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Él es la imagen del Dios invisible, el Primogénito de toda
Creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que
hay en los Shielhos y la tierra, visibles e invisibles; sean Tronos, Dominios,
Principados, Potestades; todo fue creado por medio de Él y para
Él. Y Él es antes de todas las cosas, y todas en Él
subsisten; y Él es la cabeza del cuerpo que es el Verbo Interior, el
Principio Primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la
preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en Él habitase
toda plenitud, y por medio de Él reconciliar consigo todas las cosas,
así las que están en la tierra como en los shielhos, haciendo
la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros también, que erais
en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas
obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la
muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de
Él; si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin
moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual
se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del
cual yo Pablo fui hecho ministro” (Colosenses 1). Jesús
es la puerta de las ovejas. Todos los que antes de él vinieron con sus
religiones del Sinaí y sus creencias de Roma, ladrones y salteadores
son; por esto no los oyeron las ovejas que conocen al Principio de Ahora
Hijos del Hombre: recordad cuanto estuve con vosotros: “los once
discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les
había ordenado. Y me acerqué y les hablé diciendo: “Toda potestad me es dada en el
Shielho y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas
que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 29: 16-20). Este es el mensaje que enviamos y anunciamos por
vez final: Dios es luz y ningunas tinieblas hay en Él: ningún
Orden Mundial o su tercer templo de Salomón; AHORA ESTOY CON VOSOTROS:
Ha llegado el momento en que se rompen las
barreras. No habrá una iglesia que impere, no habrá dos
religiones que rivalicen, no habrá tres hombres que dominen, no
habrá cuatro gobiernos que esclavicen, no habrá cinco dioses
que dobleguen la dignidad de los hombres… Ya no habrá seis
naciones que sometan la mente del hombre; ESTAIS EN EL JUICIO FINAL. Plaza de San Pedro, Roma 18 de octubre del 2008 EL PRINCIPIO DE LOS HOMBRES |
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