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YO SOY EL
ENVIADO DEL VERBO Una Vara en el Desierto o Mundo Final JUAN A TRAVÉS DEL TIEMPO: Al escribir las primeras letras doradas de este Mensaje a la humanidad
del tiempo de la mentira, el terror y su guerra, los terremotos, inundaciones
y la hambruna global; debo afirmar con mi presencia que YO SOY JUAN ante los
hombres finales. Jesús me envía nuevamente ante la manada
pequeña para dar testimonio de estas cosas ante los Sellos Vivientes y
sus Iglesias. Y vuelvo a testificar de Mi Señor de Días, que
Él es la raíz y el linaje de Daivithai, la estrella resplandeciente
de la mañana. Que Él envió el Espíritu del
Universo y Yo, Juan, camino entre el tiempo de los hombres, buscando y preparado
a sus mejores, así lo hice con Eliseo y con cada uno de vosotros,
quienes al leer y comprenderme ahora, sienten que siempre han estado conmigo:
“Partiendo él de
allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante
de sí, y él tenía la última. Y pasando
Elías por delante de él, echó sobre él su manto.
Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de
Elías…” (1 Reyes 19:19,20). Este trabajo de
selección he realizando con vosotros durante encarnaciones, y lo
sabéis; sentís mis palabras que llaman otra vez, para que
estéis conmigo y con mi señor de Días, del cual he
venido a preparar su camino entre vosotros. Desde las Edades, fui enviado a los hombres del Verbo de las
Creaciones; porque Yo Soy desde su Principio y Yo participé de su Ley.
Yo Soy Así estoy otra vez entre el tiempo; porque de mi Vara y
Palabras se engendraron los hombres de Yo Soy Yo, Elías, 14 profeticé y advertí; os di las
señales de Satanás y su mundo final y vosotros las
desechasteis. Os mostré cómo Lucifer, Satanás al que
adoráis como “dios” de este mundo que construyó
para vosotros, cómo fue arrojado de los Shielhos. Si, Profeticé
Sentencia contra el rey de Babilonia, la misma que Y en aquel tiempo salí del mundo de los hombres. Y durante esos
2.500 años, no hubo respuesta vuestras hacia la verdad; más
bien, aumentasteis sus iglesias y sinagogas con su diezmo, le ayudasteis a
ser “dios” de este mundo y vosotros mismos os bautizasteis con
él; oísteis a sus sacerdotes y ministros, tomasteis de ellos el
vino del olvido y su fornicación, rechazasteis cuanto os
escribí para salvaros de esa perdición: “Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del
abismo. Se inclinarán hacia ti los que te vean, te
contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que
hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el mundo
como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca
abrió la cárcel? Todos los reyes de las naciones, todos ellos
yacen con honra cada uno en su morada; pero tú echado eres de tu
sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos pasados a
espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto
hollado...” Es falso, es traición a mi Señor de Días que yo
haya utilizado el nombre de Jehová-Lucifer, el que se dio en el monte
del Sinaí; lo haya utilizado para hacer la sentencia sobre
Satanás, porque muy bien el dijo en Lucas 11:17-20: “Todo reino dividido contra
sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae.
Y si también Satanás está dividido contra sí
mismo, ¿cómo permanecerá su reino? ya que decís
que por Beelzebú echo yo fuera los demonios. Pues si yo echo fuera los
demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los
echan? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. Mas si por el dedo de
Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a
vosotros…” Es maldito, por quienes tomaron mi testamento y
libro, reescribieron y pusieron las palabras de ellos, de la sinagoga, en mi
boca. Yo escribí claramente de Lucifer “dios” de los
judíos, el “dios” que los mata, los ha hecho su propiedad,
el “dios” que les preparó como su pueblo; escribí
de la maldad de ellos y de su “dios”, la que es destruida para
siempre: “No serás contado
con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a
tu pueblo. No será nombrada para siempre la descendencia de los
malignos. Preparad sus hijos para el matadero, por la maldad de sus padres;
no se levanten, ni posean la tierra, ni llenen de ciudades la faz del mundo. Porque
yo me levantaré contra ellos, dice el Señor, y raeré de
Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto…” Y
escribí que mi Señor de Días convertirá su tierra
en posesión de erizos, y en lagunas de agua de brea; y la
barrerá con escobas de destrucción. Y escribí y fue su
juramento y por ello estoy aquí ahora, porque ha llegado el día
grande para los justos y espantosos para los injustos. Estoy aquí para
quitar de su templo final, las ovejas de mi Señor, para arrebatarlas de
la boca de ese lobo de engaño, para que se cumpla la sentencia
terrible y espantosa que el mismo Señor vertió sobre su templo
y raza: Lucas 21:6-8: “En cuanto
a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará
piedra sobre piedra, que no sea destruida. Y le preguntaron, diciendo: Maestro,
¿cuándo será esto? ¿y qué señal
habrá cuando estas cosas estén para suceder? El entonces dijo:
Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en
mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no
vayáis en pos de ellos.” Este es el tiempo, porque ellos
dicen ante los ojos y oídos del mundo, que llega su meshiaj, el dios
de Israel y con él suplantan a mi Señor de Días:
¡Ay malditos! ha llegado el día terrible para vosotros; para los
que roban el espíritu a los justos... Yo, Juan, prediqué con antelación esta verdad en el
desierto de Judea; allí os advertí diciendo:
arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Preparad el
camino del Señor, enderezad sus sendas. Allí vi a muchos
fariseos y saduceos de la sinagoga de Salomón que venían a mi
bautismo y les gritaba, como ahora lo hago para que me escuchen los perdidos: “¡Generación de
víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira
venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis
decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os
digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas
piedras”… Y el tiempo pasó: 1978 años se
cumplieron y en este momento el hacha está puesta a la raíz de
los árboles que no dieron fruto de Días; por tanto, todo
árbol de ellos es cortado y echado en el fuego. Ya no tengo tiempo
para bautizarlos en agua de arrepentimiento; ahora viene tras mí,
aquel cuyo calzado no soy digno de llevar, el es más poderoso que Yo;
él viene a cobrar con fuego cuanto le debéis al Espíritu
Santo. Yo os lo aseguro: Su aventador está en su mano, y limpia su
era; y recoge su trigo en el granero, y quema a Israel y sus 12 tribus la
paja, en el fuego que nunca se apaga; Ahora Hijo de hombre; di al pueblo que durante tiempos he llamado:
¿Por qué apiláis pecado sobre pecado y provocáis
la cólera del Señor?
No améis al mundo ni a sus cosas, porque el orgullo y
corrupción del mundo es propio del diablo. Recordad que el
Señor de Resurrección tuvo compasión de vosotros para
salvarnos de la esclavitud de Satanás, que ha deseado hacer que el sol
deje de brillar sobre la tierra y que ella sea estéril sin frutos.
Desea consumir a los humanos en el fuego que quema el rastrojo, quiere
tragarlos porque el Innominado tuvo misericordia de nosotros y envió a
su Hijo al mundo para quitar la esclavitud de Salomón. El no le
advirtió esto a ningún ángel, arcángel ni
potestad, sino se transformó en hombre y vino a nosotros para
salvaros. Por esto sois sus hijos así como Él es nuestro Padre.
Él os ha preparado tronos y coronas en los Shielhos, así
decretó y lo escribí para vosotros: “Todos aquellos que me escuchen, llegarán a recibir los
tronos y las coronas; a los míos les escribiré mi nombre sobre
su consciencia y les sellaré su corazón sobre el Mío y
nunca tendrán hambre ni sed; y ni los hijos de la desobediencia
tendrán poder sobre ellos. Los pecadores serán avergonzados;
porque los tronos de la muerte de este mundo y su Orden los retendrán
y dominando sobre ellos. Escuchad, justos de la tierra; estad en guardia
contra los impostores que
abundarán en estos tiempos del fin”. Esto
testifiqué en mí profecía del futuro cuando fui
Elías. Yo Soy Juan y testifico a todo aquel que oye las palabras de este libro:
que si alguno añadiere a él las cosas del dragón y sus
falsos templos, el Juez de Días traerá sobre él las
plagas ya en cumplimiento. Y si alguno quitare palabras esta profecía,
el Innominado ya quita su parte del libro de la vida del Tercer Día,
de Ya mi Espada con la de Miguel, sale de la vaina; y saliendo marca
Justicia. Yo Soy Juan, y vuelvo entre vosotros: ¡ENTENDEDME PUES BIEN! Plaza de San Pedro, Roma 18 de octubre del
2008 |
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